Artista plástica rosarina que cursó sus estudios en la Facultad de Humanidades y Artes de donde egresa con el título de Licenciada en Artes Visuales. Más tarde completa sus estudios en los talleres de Luis Ramoneda, Martha Magnani, Néstor Cruz (Buenos Aires) y Jorge Melo. Recibe importantes distinciones a nivel regional, provincial y nacional a la vez que realiza exposiciones individuales y colectivas.

Comencé a dibujar desde niña, me gustaba mucho hacer rostros y la figura humana. Actualmente la inspiración viene de la mano de un título que pueda surgir, o de alguna imagen que me lleva a crear nuevas composiciones. No tengo un artista preferido, cada uno muestra algo que me moviliza o quedo perpleja mirando, descubriendo técnicas, o como logro por ejemplo, esa transparencia que parece gasa o ese brillo del satén. El tiempo que puede llevarme hacer una obra depende mucho de la inspiración que tenga al momento de trabajar. A veces estoy dos o tres días con un cuadro que no avanza porque hago y deshago, otras veces, puedo pintar una obra más o menos grande, en una semana. Pero como dije antes, depende de cómo esté de inspirada. No todos los días son iguales y eso tiene mucho que ver. Por nombrar algunos pintores que admiro, los renacentistas, los impresionistas, Van Gogh y Dalí son mis preferidos, pero admiro profundamente a Carlos Alonso, gran pintor y dibujante, que nos transmite su mensaje con cada una de sus obras.

Hablando de dificultades en mi carrera, puedo decirte que fueron difíciles los comienzos; no era fácil encontrar una sala donde exponer, muchas veces había que pagar para ello y era costoso. Pero con el tiempo logré hacer muestras en lugares más conocidos, más concurridos. Lo mismo ocurría con los concursos de pintura, donde rechazaban la obra y me encontraba en un involuntario estado de frustración. Hasta que poco a poco empecé a ganar menciones y luego premios que me llenaron de satisfacción. Y aunque eran sólo certificados o medallas, era para mí tocar el cielo con las manos. Por eso a todo aquel que empiece a desarrollar este gran oficio, les sugiero no desanimarse por el “no”, ya que a veces (y me ha pasado) una obra que era rechazada en un Salón, en otros tenía premio.

El trabajo artístico lleva muchas horas de observar, imaginar, recrear, saber cuál color vas a emplear, y por eso le dedico al menos 3 horas diarias, aunque lo ideal sea trabajar lo más posible, un rato de mañana y otro de tarde. Personalmente no lo hago ya que tengo otras obligaciones que cumplir, pero recuerdo que una gran artista Cecilia Gárate una vez me dijo “dos horas diarias por lo menos tenés que pintar”. Y tenía mucha razón….

En estos momentos no estoy en un proyecto determinado. Pinto por el simple placer de hacerlo y cuando todo este tiempo de cuarentena pase, tendré obras para exponer o presentar en algún concurso.

Vivimos en Funes desde hace 14 años. Elegimos esta ciudad porque vimos que era una linda ciudad para vivir, tranquila pero que ofrece muchas cosas para hacer. Vivir aquí, no influye directamente en mi obra, ya que estoy lejos de representar paisajes. Pero el silencio y la tranquilidad son aliados indispensables a la hora de trabajar.